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La académica de la Escuela de Ingeniería Civil, Paulina González, conversó con el programa “Ingeniería al Día” para entregar detalles sobre la historia de los terremotos en Chile y las normativas que han emanado, luego de estos significativos eventos sismológicos. Además, abordó parte del avance tecnológico que existe en esta materia.

Chile, país ubicado en el cinturón de fuego del Pacífico, es uno de los más sísmicos del mundo. Y este escenario obliga a los especialistas a estar en constante búsqueda de soluciones, herramientas y nuevas tecnologías que permitan hacer frente a este tipo de catástrofes naturales.

De acuerdo a la académica EIC Paulina González “la ingeniería civil toma los datos de la red de registros acerca de los terremotos y procesa esta información para diseñar infraestructura que resista los eventos sísmicos. Y desde la ingeniería sísmica, que es una especialidad de la ingeniería civil, gracias al aporte de la sismología, permite desarrollar metodologías para el desarrollo de diseños sismorresistentes”.

Estos eventos sísmicos han sido parte de la historia del país, provocando desastres estructurales, pérdidas de vidas y desapariciones. Sin embargo, los registros que han dejado estos terremotos, han permitido a los investigadores del área trabajar en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan elaborar edificaciones más seguras y resistentes.

“Los terremotos han marcado el desarrollo de la ingeniería sísmica y de la sismología en Chile. El terremoto de Chillán de 1939, en donde se estima hubo 30.000 fallecidos, trajo consigo las primeras disposiciones de diseños que permiten resistir a estos eventos”, señaló la académica EIC.

Se empezó a trabajar en una incipiente normativa, sin embargo, el terremoto de 1960 en Valdivia, el de mayor magnitud registrado hasta la fecha, obligó a reestudiar la normativa, hasta que el año 1972 se oficializó la primera norma de diseño sísmico de edificios NCh433, la cual estuvo vigente por años, pero con el terremoto de 1985 y el desarrollo de nuevas tecnologías, que permitían cálculos más rápidos, siguieron existiendo modificaciones en los años 1993, 1996 y 2009.

Tras el terremoto del año 2010 “se generaron decretos de emergencia, sin embargo, la norma siempre cumplió, siendo reconocida mundialmente por su efectividad”, indicó la profesora Paulina González.

Por último, en relación a cómo la ingeniería civil enfrenta los actuales desafíos actuales, la académica señaló que “en el área sismológica se han hechos varios avances gracias al desarrollo tecnológico, con instrumentos más modernos que permiten tener información de la deformación que se produce en la corteza terrestre y con eso estar en conocimiento de la probabilidad de un evento sísmico”.

Además, la profesora Paulina González indicó que nuestro país “está instrumentado de norte a sur con sismógrafos, acelerógrafos y gps que miden la deformación en cada instante. Además, para la ingeniería sísmica, la medida o el dato que más interesa es el de las aceleraciones del suelo, porque la fuerza que genera el terremoto en una obra civil son proporcionales a las aceleraciones que genera el terremoto”.

La académica EIC indicó que esta información fue clave a la hora de tener información para el terremoto de 1985, ya que “se habían implementado una serie de acelerógrafos en la zona central de Chile y con ello se diseñó la metodología para generar un diseño sismorresistente”.

04/12/2023