En el inicio de este mes, el académico Rodrigo Herrera Vargas tuvo el honor de intervenir por primera vez en el Claustro Pleno de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, espacio solemne en el que planteó una reflexión sobre la diferencia entre una universidad grande y una universidad compleja.
“El crecimiento en números —más estudiantes, más carreras, más académicos— puede alcanzarse con la suma de esfuerzos individuales. La verdadera complejidad, en cambio, surge cuando docencia, investigación, vinculación con el medio y gestión universitaria se articulan mediante redes de colaboración genuina”, señaló en su discurso.
En su intervención, propuso cinco hitos para avanzar en la construcción de una universidad compleja:
- Conocimiento mutuo entre académicos y académicas.
- Creación de puentes institucionales que faciliten proyectos conjuntos.
- Confianza y compromiso como base para transformar información en conocimiento.
- Alineación de estructuras e incentivos, reconociendo tanto logros individuales como colectivos.
- Modelar la colaboración desde la docencia, impulsando co-docencia, proyectos interdisciplinarios y formación en trabajo en equipo.
Finalmente, citó un proverbio africano que marcó su experiencia docente: “Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”, destacando que la colaboración no es un adorno discursivo, sino un camino ineludible para sostener la identidad pública, católica y de excelencia de la PUCV en un mundo crecientemente interconectado.